Pensando en el desarrollo integral del estudiante angelino, se viven las convivencias, que son el espacio propicio para fortalecer la dimensión comunitaria, humana y cristiana, fundamentales en la vida del ser humano, donde por medio de dinámicas, reflexiones y la oración, cada estudiante se reconoce creado por Dios con unos dones y carismas específicos para ponerlos al servicio de la comunidad, llegando a ser verdaderos ángeles visibles, verdaderos discípulos de Cristo el único maestro.